Wednesday, December 23, 2009

Los 5 mejores de esta decada mugrienta

Radiohead "Kid A" (2000): Que se puede decir de nuevo, algo que nadie haya dicho de este verdadero fenomeno musical, como diria el viejo AJ Llorente, que de esto sabe y mucho. La historia es mas que conocida, es como un cuentito de hadas que queres que te cuenten una y otra vez. Habia una vez un patito feo que se llamaba Thom, que vivia en Oxford y como tantos otros pibes de barrio de clase media de trabajadores y musicos frustrados, queria tener una banda y tocar en la facu. Y primero tocaban punk y grunge, porque en los albores de los 90 en el mundo no sonaba otra cosa. Y de golpe y porrazo compuso Creep, y el reconocimiento y la masividad, en terminos propios, no la masividad de Valientes, le estallaron en la cara; y entonces lejos de apechugarse siguio componiendo las canciones mas hermosas y delicadas de su epoca. Y cuando todos lo daban por muerto y enterrado, cuando ya nada podia cambiar porque ya no habia dejado nada por cambiar y reinventar, con el otro patito amigo, Johnny, aparecieron con Kid A. Habian pasado 25 años desde que Bowie y Pink Floyd habian coqueteado con la electronica desde el rock. Pero Radiohead no coqueteaba, sino que la transaba, la manoseaba y se acostaba descaradamente con ella. Traslado la energia, la melodia y la emocion de los 90 a los frios y eclecticos sonidos del nuevo milenio. Salio para el lado menos pensado, menos imaginado y menos aconsejable por todo el mundo. No les importo el dinero facil, lo seguro, lo previsible, lo que iba a facturar si o si. Les importo la musica, el progreso, la evolucion. Que musicos consagrados priorizen la musica por encima de sus bolsillos es hoy en dia eso mismo, un cuento de hadas. Como humilde y anonimo oyente me alegro por habernos abierto la cabeza, por dejarnos volar junto a ellos, porque si hay algo que este disco nos enseña, mas alla de la capacidad de Thom para componer bien sin necesidad de hacer estribillos, es volar.
The Strokes "Is this it" (2001): Hay una frase hecha en la cultura popular, una de tantas, que alude al estar en el momento justo y en el lugar apropiado. La industria, los canales de videos, las revistas de musica y, por que no, tal vez tambien el destino, quisieron que a los Strokes este axioma les calzara a la perfeccion. El mercado anglosajon estaba muerto, estancado, los 90 asi como habian traido consigo tanta alegria y promesas de juventud eterna, tambien habian demostrado su inevitable finitud. No parecia que nada nuevo pudiera sorprender y despabilar a las masas, y es justamente eso lo que ocurrio: nada nuevo. La formula de Strokes fue tan simple y efectiva como esos productos masivos baratos y faciles de confeccionar, pero que redituan exponencialmente. Es una paradoja de las que no abundan, pero a partir de nada nuevo lograron ese sonido novedoso que todos necesitaban para volver a creer en el negocio economico y/o espiritual de la musica. La tan ansiada vanguardia del nuevo milenio no hizo mas que tomar un poco de cada rastro del pasado. Y asi volvieron la rebeldia, el desenfado y la visceralidad del punk y el garage de los 70, con un toque minimo, escaso, pero esencial, de los convalescientes 90. La receta perfecta. Mas efectiva que la cangreburguer de Don cangrejo. A partir de este disco arrasador y de estas canciones sucias e inolvidables, se erigio la plataforma musical de toda una decada. Sin Is this it no hubieran existido Franz Ferdinand o The Hives, no se hubieran consolidado los White Stripes, o nunca hubieramos hablado de un futuro posible con Artic Monkeys o de un futuro que no fue con The Libertines. La musica hoy por hoy, el rock en realidad, hace mucho que mira al pasado, mal que nos pese a muchos. Es la triste realidad, o es la realidad y punto. Veremos que depara la proxima decada. Mas alla de que el retro no es lo que uno hubiera esperado, estas bandas sacaron la cara por el rock, y eso en el fondo es mas que meritorio. Ojala que pronto la fotocopiadora se descomponga y empecemos a hablar de algo genuinamente nuevo.
Coldplay "A rush of blood to the head" (2002): La inolvidable decada del 90 habia terminado. Con ella habian abdicado sus majestades Oasis y Blur, Pulp y Suede los habian precedido, Travis naufragaba en un finito mar de talento, y todavia sonaban los ecos de Radiohead, que habia demostrado que el laboratorio y el rock podian ser perfectamente compatibles. Todos ellos necesitaban un heredero, alguien que pudiera resumir todos sus descubrimientos, sus sentimientos, y erigirse en un nuevo lider, mas joven, mas aceptable para la industria, mas encantador para el publico. Chris Martin siempre fue una cosa rara. Un muchachito lindo, angelical, el esposo ideal, lejos de las caras feas, de rasgos viciosos y adictivos de los Gallagher, Thom Yorke, Jarvis Cocker y demas freaks. Parecia un modelito de perfumes, no venia del barrio bajo como todos sus padres, no parecia haber sufrido lo que ellos, no parecia capaz de secundarlos. Por supuesto, me cago. Nos cago a todos los que pensabamos que no habia vida mas alla de Yellow, ese inigualable himno al romanticismo version 2000. Y despues vinieron mas: primero llego In my place, y ya pintaba bien, despues Trouble y las chicas y tambien nosotros comenzamos a morir lentamente, y Clocks arraso con todos los pronosticos y los convirtio en un clasico moderno, multipremiados, multiexitosos y multiversionados. Y The scientist... Parachutes habia sido un debut sorprendente pero que habia que revalidar. Y este rubion medio tonto, haciendo piruetas raras en los conciertos y escribiendose cosas en las manos, lo logro de la mejor manera. Si al brit pop lo unico que le faltaba era la penetracion cultural definitiva, en todos lados y en todas las edades, estos 4 nabos hicieron justicia. A ellos les debemos que Lany Hanglin los usara de cortina, y que Maru Botana cocinara con sus melodias. Y que a un disco ingles lo vendan a 10 mangos en Empalme Graneros. Gracias, Chris.
Wilco "Yankee Hotel Foxtrot" (2002): Todos los que amamos la musica bien hecha, bien pensada, en donde cada sonido, por mas minimo que fuera, tiene relevancia tanto como el mas evidente, la que entra por los oidos y llega sin prisa pero sin pausa al corazon, y ahi se instala por tiempo indefinido, ojala inagotable, todos ellos, y no somos muchos en realidad, soñamos alguna vez con un disco asi. Cada disco de Wilco cumple con estas pretenciones de consumidor promedio, cada disco del milagro de Chicago se acerca a estas premisas. Este sin duda es el mas electronico de todos, el que mas se aleja del folk rock al que nos tienen mal acostumbrados. Pero hay algo en Yankee Hotel que hizo que ocupara un lugar muy especial dentro mio. No se por que, pero las melodias y las letras que lo atraviesan me atraviesan, me identifican como pocas obras lo hacen en la vida de cada uno. Acaso si yo hubiera sido otro, una persona talentosa digamos, este hubiera sido exactamente el disco que hubiera compuesto. "Ven" hubiera gritado a los cuatro vientos, "esto es musica, esto es tener buen gusto, giles de cuarta !!". Tal vez por ese motivo, y un millon mas, no fui ni sere talentoso, y nunca voy a componer algo semejante. Pero alguna vez, solo en mi dormitorio aburrido de tanto estudiar y de tanto vivir, soñe con un disco asi. En donde cada cancion no fuera solo una melodia, sino varias que descomponiendose se ramificaran de la principal, y volvieran a unirse otra vez. Que cada cancion estuviera llena de pequeños sonidos, lejanos, delicados, arreglos que si fueran pinceladas terminarian pintando un paisaje claro, brillante, en donde vivir fuera mas apacible, donde definitivamente valdria la pena sonreir. Este disco es la obra cumbre del adult rock. Es un monumento a la sensibilidad, una forma de ver el mundo y la vida misma. Las letras son el reflejo de los abrasivos dias en la gran ciudad. Esconden sueños cumplidos y deseos que nunca se cumpliran. Revelan problemas y obstaculos universales, alegrias reprimidas, frustraciones devastadoras. Pero detras del pesimismo por el futuro y el miedo a las secuelas del pasado, con el fantasma del atentado a las torres gemelas detras, Yankee Hotel es esperanzador. Nos deja sentir que al final del camino, ese sufrimiento urbano posmoderno tiene su recompensa. Que mas alla de la soledad y de la cada vez mas generalizada anhedonia, nos tenemos a nosotros mismos. Es demasiado para que encima de todo esto, sea un genial disco de rock.
Death Cab For Cutie "Transatlanticism" (2003): No me caian bien al principio, para nada. El sonido es algo asi como un pop industrial, muy elaborado, suntuoso, pareceria urdido por los impiadosos productores de Britney, Pink o Christina Aguilera (de paradero desconocido, se la habia vinculado con el caso Pomar). Pero al arte hay que darle tiempo, hay que aprehenderla, con paciencia y guiandote por el instinto, a veces solo queda ese primitivo recurso. Con esta banda te das cuenta de que no hacen falta las formulas habituales para conmover, a pesar del ruido y del ritmo muchas veces hasta bailable. Hay dos elementos claves en este disco y en toda su obra: una, la voz de Ben Gibbard, como la de todo gran cantante, es suave y a la vez dominante, queres tenerlo cantandote al oido por el resto de tu vida; y otra, suenan siempre como una mañana encandilante, nunca transitan por caminos densos o raros, en especial en Transatlanticism. Este disco es un gran y pegadizo hit de una hora. Tiene ritmos freneticos y maravillosos como The sound of settling, baladas descomunales como Passenger seat, y una pieza de arte imperdible como Death of an interior decorator, 3 minutos exactos de melodia eterna. Arreglos inteligentes, elegantes, letras concisas y universales. Estas canciones van a seguir siendo modernas por muchas decadas mas.

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